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34 Benaías regresó, pues, al santuario y mató a Joab. Y este fue sepultado junto a su casa, en el desierto.

35 Entonces el rey designó a Benaías como jefe del ejército, y a Sadoc como sacerdote, en lugar de Abiatar.

36-37 Después el rey mandó a buscar a Simí, y le dijo:

―Edifícate una casa en Jerusalén, y no salgas de la ciudad por ningún motivo. En el momento en que salgas y pases el arroyo de Cedrón, morirás, y toda la culpa será tuya.

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